COOPERACIÓN DESCENTRALIZADA INFORME 2023
La cooperación descentralizada tiene rostro de sociedad civil. El Informe confirma hallazgos de estudios previos, tales como el crecimiento constante de la cooperación descentralizada en términos absolutos y relativos, la existencia de un número limitado de países con sistemas de ayuda descentralizados y con porcentajes de descentralización muy variables o la elevada imputación como AODD de gastos realizados en territorio propio.
En cuanto a la AODD efectivamente transferida a países en desarrollo, AODD internacional, se canaliza mayoritariamente a través de ONG y muy minoritariamente de forma directa, por medio de acuerdos ciudad a ciudad, o región a región. Dentro de la cooperación directa, se destacaba que la cooperación explícitamente declarada como asistencia técnica no llegaba al 3% de la AODD.
Estos datos se confrontan con el discurso dominante sobre cooperación descentralizada, el cual vincula esta modalidad de cooperación con la localización de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y el valor añadido de los donantes subestatales como proveedores de conocimiento. Ante estos datos, el Informe desarrollaba un análisis cualitativo para explorar modelos de cooperación descentralizada basados en el intercambio de conocimientos en materia de políticas públicas y localización de ODS. Esta parte del informe contenía experiencias del Gobierno de Flandes, las colectividades territoriales francesas, las ciudades y prefecturas japonesas, varias comunidades autónomas de España y sus fondos municipales de cooperación.
Dado que la parte más importante de la AODD no se canaliza directamente a través de relaciones entre Gobiernos, sino que se apoya en intermediarios del ámbito de la sociedad civil, esta edición del Informe explora las relaciones entre Gobiernos subestatales y Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) en el ámbito de la cooperación para el desarrollo.
En definitiva, la cooperación descentralizada se podría describir como una cooperación cosmopolita.
Resulta pertinente incorporar al marco normativo internacional una nueva narrativa sobre cooperación
descentralizada más política. Esta narrativa debería poner en valor su cercanía a la ciudadanía, su alianza con el sector de las ONG y su capilaridad para promover el ejercicio activo de la ciudadanía global.