Día Mundial del Comercio Justo

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El 9 de Mayo es el Día Mundial del Comercio Justo. Este año no se podrá celebrar en las calles como se he hecho otros años, pero no por ello dejaremos de hacerlo de forma virtual y de reclamar un modelo de economía  más humano y solidario. Desde Congdex celebramos este día, que viene a recordarnos y a poner en valor que una nueva forma de comercio y de economía es posible. Por eso, seguimos reivindicando que es necesario un modelo de consumo responsable y transformador, una economía solidaria, sostenible y justa, que ponga en el centro los derechos de las personas y el cuidado del medio ambiente frente a la acumulación de beneficios.

En estos momentos de crisis sanitaria, es hora de repensar y reeducar nuestros hábitos de consumo, es hora de pensar en un comercio alternativo, porque la salida a esta crisis deber ser global y colectiva, debe apostar por un cambio en el sistema económico y social.

¿Sabemos las/los consumidoras/consumidores realmente lo que estamos comprando, de dónde vienen esos productos, qué efectos tiene la producción masiva para el Medio Ambiente, cuáles son los derechos laborales que se les garantizan o no a las personas que trabajan para las grandes multinacionales?

El consumo justo, responsable, transformador implica un consumo ético, ecológico y social. Es elegir productos no sólo en base a su calidad y precio, sino también por su impacto ambiental y social y, por la conducta de las empresas que los elaboran.

1. REEDUCANDO NUESTROS HÁBITOS DE CONSUMO

La educación, como herramienta regeneradora y de cambio social, nos ayudará a participar en el proceso de consumo de una forma más racional y consecuente con nuestras necesidades reales. Salir del círculo del consumo por el consumo, del usar y tirar, requiere una revisión de nuestros hábitos anteriores, una visión crítica y racional y una profunda reeducación hacia un modelo diferente. Educarnos y educar a nuestros hijos e hijas en un consumo menos compulsivo y más responsable.

2. ALIMENTACIÓN SALUDABLE Y SOSTENIBLE

La alimentación es un vínculo fundamental entre el ser humano y el planeta. Alimentarse adecuadamente es fuente de salud, pero la alimentación ha de ser responsable y sostenible con la naturaleza y el entorno. La OMS considera que 1/3 de todas las enfermedades se deben a causas ambientales entre las que se encuentran los hábitos alimentarios. Y esa cifra se puede elevar hasta el 40% en el caso de la infancia. En la elección de los alimentos y en nuestros hábitos alimenticios es donde más podemos actuar para conservar nuestra salud y la del planeta.

3. INFANCIA

Cualquier edad es buena para trasnsmitir los valores de un consumo responsable, pero es la infancia la edad más recomendada para ella, porque es cuando absorbemos lo enseñado con mayor intensidad y cuando sentamos las bases de nuestra personalidad y de nuestro carácter. Al aprender ciertos valores y conocimientos en la infancia, tenemos más posibilidades de ponerlos en práctica en el resto de etapas de nuestra vida y de asumirlos como propios, generando capacidad crítica y conciencia social.

4. SOCIEDAD DE CONSUMO

Vivimos en una sociedad de consumo y consumimos. Pero ese consumo no ha de ser ilimitado, puesto que los recursos de los que disponemos tampoco lo son. Debemos estar en consonancia con nuestro entorno, tanto personal como medioambiental, siendo colaboradores de una economía más justa y solidaria, respetuosa con los derechos humanos y cuidadora de los recursos naturales que el planeta nos ofrece.

5. PARTICIPACIÓN

Como personas responsables de nuestro consumo, hay cosas que podemos (y deberíamos) hacer: usar de forma racional el agua y la energía; hacer uso de un transporte sostenible y/o público; consumir productos autóctonos, de proximidad, de temporada; apoyar la economía social; apostar por el reciclaje, la reutilización y la reducción (en muchos casos, menos es mas). Pequeños hábitos, pequeños pasos que realmente hacen la diferencia y que no sólo mejoran la calidad de la vida del planeta sino la nuestra en pueblos y ciudades.

6. CONSUMO JUSTO Y SOLIDARIO

Hay nuevas vías de consumo y nuevas formas de participación en la economía, que ofrecen alternativas a las convencionales. Opciones de consumo en moda sostenible, cosmética natural, muebles, decoración, menaje y droguería, finanzas éticas, seguros solidarios, educación y formación, energías renovables, construcción y ecoeficiencia, limpieza y jardineria, transporte sostenible, alimentos agroecológicos sanos y de proximidad, entidades que hacen diseño y artes gráficas con software libre, medios de comunicación, ….

7. MUJER

La sostenibilidad comprende mucho más que medio ambiente, es economía, sociedad y cultura. Por tanto la equidad entre mujeres y hombres, el fin de la brecha salarial y la no discriminación laboral además de ser temas de justicia social, afectan a la economía y al desarrollo sostenible. Un sistema social respetuoso, justo y igualitario proyectará su reflejo en la economía y en el resto de aspectos de la sociedad.

8. SALUD

Nuestra salud está íntimamente relacionada con nuestras pautas de consumo: desde la alimentación hasta las nuevas tecnologías, pasando por la industria textil y del calzado hasta las distintas formas de energía utilizadas. Un organismo alimentado de forma lo más natural posible, respetuoso con el medio ambiente, que hace un uso adecuado y no abusivo de las nuevas tecnologias, que no utiliza productos contaminantes o agresivos con la naturaleza, que aprovecha las horas de luz natural y hace uso de energías renovables, es un organismo más sano y con mejor calidad de vida.

9. TRABAJO

Aprender a consumir de manera responsable y sostenible va más allá de adquirir productos. Al apostar por el Comercio Justo, por aquellas empresas, cooperativas, asociaciones de Economía Social, estamos dejando atrás la insolidaridad, la inexistencia de mercanismos de prevención de riesgos, el descanso nulo y las jornadas laborales interminables, la explotación infantil, la contaminación del medio ambiente, etc…

10. AGUA

El agua es un bien fundamental, necesario para la vida. Vivir con escasez de agua es una realidad cotidiana en muchos lugares del planeta. Por eso es necesario ponerse en el lugar de esas personas para darse cuenta de que TODAS/OS deberíamos hacer el esfuerzo de preservar este recurso, para nuestro bienestar y el de las generaciones futuras. Hay muchas formas de ahorrar en el consumo de agua: desde hábitos cotidianos en nuestros hogares, lugares de trabajo, lugares de ocio, etc…, hasta aplicaciones y dispositivos que nos ayudan en casa, pasando por actividades o manuales de información con los que concienciar de los beneficios presentes y futuros de un consumo responsable.

11. MENOS ES MÁS

Un consumo textil responsable es posible, aunque a priori, suene complicado. Hay pasos que podemos empezar a dar en este sentido: comprando aquello que realmente necesitamos y no lo que dictan las marcas de moda; modificando y/o reutilizando prendas de ropa; apostando por el pequeño comercio y un trato más personalizado, aprovechando ferias y mercados de artesanía. Apostemos por  disfrutar de una relación consecuente y natural con la ropa y con la moda en general, por decidir la vida útil de nuestras prendas, lejos de lo que marcan las campañas publicitarias, y por recordar que consumir no es sinónimo de bienestar

12. HOGAR

En el consumo del hogar también se pueden hacer cambios: no malgastar agua en los momentos de higiene diario y/o tareas; colocar difusores y mecanismos de ahorro en los grifos, incorporar termostatos para no abusar de la calefacción, proteger las salidas de aire de ventanas y puertas, aprovechar los momentos de luz natural, apagar los interruptores de los aparatos eléctricos, no dejarlos encendidos cuando no se están utilizando, hacer una planificación del gasto en el hogar, comprobando lo que ya se tiene y lo que hace falta en el momento de hacer la compra, etc… Son pequeños pasos que, de forma global, suponen un gran cambio.

Os dejamos también aqui el Manifiesto de la Coordinadora Estatal por el día Mundial del Comercio Justo.

 

 

 

Trabajando desde 1995 para que las sinergias tejidas por nuestras organizaciones, con el efecto multiplicador de sus diferencias y el valor positivo de lo que las une, sigan construyendo cimientos en nuestra región para un desarrollo global, sostenible, participado y equitativo.




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