8 de septiembre_Día de las personas cooperantes

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Muchas son las personas que nos observan, a las personas que trabajamos en cooperación  para el desarrollo, con una mezcla de curiosidad y admiración, preguntándonos en muchos casos los motivos que nos han llevado a elegir una profesión que exige tanta entrega y renuncia a muchas cosas. En algunas ocasiones implica tener que estar lejos de nuestra casa y de nuestras familias.

También escuchamos opiniones sobre nuestra profesión completamente opuestas,  detractores que piensan que hay suficientes pobres aquí como para que tengamos  que dedicar nuestro trabajo a “los de fuera”.

Esto ocurre porque no nos paramos a pensar, por un lado, que en este mundo y en este país hay recursos suficientes para todas las personas, el problema es el mal reparto de los mismos – el último informe de Oxfam saca a la luz que 62 personas en este planeta tienen la misma riqueza que la mitad más pobre del mundo que la componen más de 3500 millones de habitantes, desigualdad que ha aumentado especialmente en los últimos 5 años-.

Por otro lado, no queremos hacernos conscientes de la responsabilidad que cada ser humano tenemos como ciudadanos y ciudadanas de lo que ocurre en este lugar llamado mundo. Nuestro consumo; el banco donde tenemos nuestro dinero; el uso que hacemos de la electricidad, el agua o el transporte; la ropa que vestimos o lo que comemos son sólo algunos ejemplos que nos conectan directamente a los problemas de otros muchos países o simplemente nos hacen responsables de los consecuencias ambientales que sufren especialmente los más pobres y excluidos de la tierra.

Y es que desgraciadamente la crisis económica, no sólo ha servido para pasar factura a los sectores más  frágiles de la población, tanto a nivel global como en España, sino que también ha calado en la sociedad, en un discurso insolidario de  pobres contra pobres y ensombreciendo el sentido de nuestro trabajo y el trabajo de tanta gente comprometida por hacer este mundo mejor, incluso hasta perder la vida como hemos podido ver estos días.

La Cooperación Internacional para el Desarrollo no es una cuestión de asistencialismo y pena es una cuestión de Solidaridad (de igual a igual), Justicia y Derechos Humanos, para todos y todas, para las personas de aquí y  de cualquier parte del mundo.

Trabajar en desarrollo, ser cooperante, no significa solamente realizar proyectos, es mucho más…. apoyamos los sistemas públicos sanitarios y educativos de los países, actuamos en situaciones de emergencia humanitaria garantizando las necesidades más básicas de la población, trabajamos en crisis humanitarias que son consecuencia de conflictos bélicos o desastres naturales y que provocan que millones de personas vivan en situación de desplazamiento y refugio, promovemos el comercio justo, apoyamos el fortalecimiento democrático, presionamos a los gobiernos para que cumplan sus compromisos y lleven a cabo políticas que potencien el desarrollo, exigimos finanzas éticas, denunciamos la violación de derechos humanos, la venta ilegal de armas, los atentados contra el medio ambiente, combatimos las imágenes y discursos estereotipados de las personas de los países empobrecidos, insistiendo en que su empobrecimiento, la mayor parte de las veces es ocasionado por los países enriquecidos.

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Y  todo esto,  lo hacemos de la mano de todas las personas que residen en los países donde trabajamos, que son  realmente las protagonistas y  las que dan sentido a este Día del Cooperante.

Los retos internacionales actuales, las causas multidimensionales de la pobreza, los conflictos y problemas internacionales globalizados exigen modos de actuación de un alto nivel profesional y una responsabilidad enorme, y al mismo tiempo nos obligan a seguir defendiendo ante las instituciones públicas que la Educación y Cooperación para el desarrollo son una política pública más.

El contexto actual  nos hace que tengamos que dar nuevas respuestas, estamos en constante cambio, re-pensándonos y buscando otras formas de comunicar y de movilizarnos, pero seguiremos manteniendo los mismos valores con los cuales nacimos, la solidaridad y la justicia, que son los que dan razón de ser a nuestro trabajo.

Coordinadora Extremeña de ONGD

Trabajando desde 1995 para que las sinergias tejidas por nuestras organizaciones, con el efecto multiplicador de sus diferencias y el valor positivo de lo que las une, sigan construyendo cimientos en nuestra región para un desarrollo global, sostenible, participado y equitativo.




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