25N : Día Internacional de la Eliminación de la violencia contra las mujeres

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“Acojo con beneplácito el coro de voces que piden que se ponga fin a la violencia que afecta a alrededor de una de cada tres mujeres a lo largo de su vida. Aplaudo a los dirigentes que están ayudando a promulgar leyes y a hacerlas cumplir, y a cambiar mentalidades. Rindo homenaje, además, a todos los héroes en el mundo que ayudan a las víctimas a sanar y a convertirse en agentes de cambio”.

Estas son las palabras que este año ha querido dedicar el Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, a la conmemoración del Día internacional de la Eliminación de la violencia contra las mujeres que, como todos los años, se celebra hoy lunes, 25 de noviembre.

La violencia de género es un problema generalizado que afecta a todas las mujeres independientemente del país, la etnia o la cultura a la que pertenezcan y se produce en todos los ámbitos de las sociedades. Se trata de un fenómeno que está basado en la desigualdad como consecuencia de la asignación de unos roles específicos que vienen determinados por el sexo. 

Por eso no es un problema de ámbito doméstico o personal, es un problema social, es un problema internacional, que nos afecta a todas y todos, y tenemos que combatirlo desde nuestra condición de ciudadanos y ciudadanas, de ahí la gran importancia de la concienciación. 

En los últimos años en España se ha forjado la base formal para la igualdad, pero la lucha contra la violencia de género pasa porque esa igualdad sea real y efectiva. Y ahí es donde aún nos queda un largo camino por recorrer, que se está viendo afectado, por la drástica reducción del gasto público y los servicios sociales de educación, salud, asistencia social, reducción de fondos en la aplicación de la ley contra la violencia y ley de dependencia, que recaen directamente en los hombros de las mujeres. Asimismo, la brutal reducción de los fondos para la cooperación internacional para el desarrollo e incluso paralización de las acciones previstas afecta a los colectivos más desfavorecidos y marginalizados, entre ellos los programas que trabajan en pro de la igualdad de las mujeres y niñas y su empoderamiento. 

Los efectos visibles de la violencia son conocidos y se manifiestan en la violencia familiar, en el infanticidio femenino, maltrato físico y psicológico, mutilación genital, matrimonio forzoso, femicidios, abuso sexual, violación, esterilización forzada, trata de mujeres y niñas, la explotación sexual y la violencia ejercida contra las mujeres en casos de conflictos armados. Se estima que hasta un 70% de mujeres sufren, en el transcurso de sus vidas, violencia física o sexual ejercida por varones. 

Es importante recordar y denunciar en estos días que los efectos invisibilizados de la violencia resultan igual de mortales y legitiman y refuerzan las expresiones de violencia. Además de la física, se encuentra el daño psicológico, la invisibilización de las aportaciones y capacidades de las mujeres, su ocultamiento social, además de la violencia económica y política a través de mayores tasas de desempleo y trabajo precario, tendencias que se incrementan en nombre de las crisis. 

El modelo hegemónico actual, basado en el materialismo y la depredación (de las riquezas y la naturaleza) que opera en contextos de inseguridad y temor creados de manera interesada por una minoría, obstaculiza el bienestar, el desarrollo humano sostenible, la seguridad humana y la paz, y ha mostrado su fracaso para salir de la situación de crisis estructural en la que nos encontramos, crisis provocada por la misma minoría que promete resolver esta situación. 

No solo hablamos de igualdad; esperamos ir más allá, recuperando un discurso construido desde el feminismo, frente al  hegemónico, patriarcal y neoliberal, que pone en el centro la vida, en su más amplio sentido, humano, individual, colectivo y en el cuidado de la naturaleza.

Por ello, es preciso mirar hacia las propuestas realizadas desde los movimientos de mujeres que propugnan otros mundos posibles basados en la equidad, la erradicación de todo tipo de  violencias, en su mayor expresión las guerras injustificadas, el respeto a la diversidad y poner en el centro los cuidados (reproductivos, sociales y medioambientales).  

Por eso exhortamos a los gobiernos en general, y al español en particular, a que actúen coherentemente promoviendo políticas que contribuyan a erradicar la violencia contra las mujeres y a asegurar el pleno disfrute de los derechos y libertades fundamentales de las mujeres en el conjunto de sus políticas, y que se doten de los recursos necesarios para su aplicación efectiva. 

 
publicado por CAONGD

 

 

 

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