MUJERES #DESPLAZADASPORELMUNDO QUE SOSTIENEN LA VIDA: CADENA DE CUIDADOS

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Los estudios migratorios coinciden en señalar una feminización de la migración en el siglo XXI. Esto no sólo significa que las mujeres constituyen más de la mitad de la población migrante en el mundo, sino que cada vez más mujeres y niñas migran de forma autónoma, sin sus familias, en búsqueda de empleo, según explica la investigadora Gabriela Díaz al referirse a las mujeres trabajadoras migrantes en Chiapas.

 

LAS CADENAS GLOBALES DE CUIDADOS

             Según las estadísticas, el trabajo doméstico lo realizan en un 90% las mujeres, y cuando no se puede realizar y sí se dispone de dinero, la solución, también histórica, es la de contratar a otra mujer, para que realice el trabajo. Se trata de cadenas enormes de cuidados, que se establecen mediante la transferencia que se da de unos hogares a otros, de unas mujeres a otras, tal y como nos explica Amaia Pérez Orozco.

En el caso de España, la extrema pobreza y las migraciones  provocadas por la guerra civil, convirtieron a miles de niñas y adolescentes en sirvientas. A partir de los años 70, con la incorporación de las mujeres al trabajo remunerado y el cuestionamiento de la familia nuclear, se va dando lugar a lo que conocemos como la “crisis de los cuidados”. El trabajo doméstico, sin embargo, hay que seguir realizándolo, la vida no para, y a partir de los años 90, la globalización, las desigualdades, y la necesidad de mano de obra cuidadora, producen enormes desplazamientos, de países de África, América Latina y Asia, a los países denominados desarrollados, son las denominadas “Cadenas Globales de los Cuidados”, tal y como se nos explica en los documentales que presentamos a continuación.

La escritora feminista Silvia Federici expone rotundamente en su publicación Revolución en punto cero. Trabajo doméstico, reproducción y luchas feministas, que si las remesas que envían las poblaciones inmigrantes a sus países de origen son el mayor flujo de dinero a nivel mundial; a la inversa, la mayor mercancía que recibimos en occidente es la fuerza del trabajo, especialmente el trabajo reproductivo.

En las Cadenas Globales, se entrelazan dos crisis:

  • Las mujeres migrantes dejan a sus hijas, hijos, etc., al cuidado de otras mujeres en sus países de origen, principalmente las abuelas, o las tías., para asumir, en los países de acogida un trabajo mal pagado y sin apenas derechos reconocidos.
  • Estas mujeres, llegan a los países desarrollados para cuidar a los hijos, hijas, mayores, etc. de otras mujeres que se incorporan al mercado laboral remunerado, dejando a su vez a sus hijas, hijos y familias en sus lugares de origen.

¿Por qué migran las mujeres?

              A pesar de ser las principales cuidadoras de niñas, niños, mayores y otras personas en los países del norte, es común escuchar un cuestionamiento, pensando en los motivos que llevan a una mujer migrante a viajar al otro lado del mundo para trabajar cuidando a otras personas, en lugar de permanecer cuidando de su propia familia.

La causa principal a la que se refiere Silvia Federici en su libro, es que la globalización capitalista es en esencia una guerra contra las mujeres, especialmente contra las mujeres pobres, y contra las mujeres habitantes de los países pobres.

Un claro ejemplo de ello son las cadenas de montaje globales, generadas por el sistema para el beneficio de las grandes empresas multinacionales que descentralizan talleres donde se trabaja en muchos casos en condiciones de semiesclavitud, y donde se emplean especialmente mujeres jóvenes. Aparte, existen otros fenómenos derivados del proceso globalizador que tienen consecuencias devastadoras en las mujeres y en la reproducción, la contaminación medioambiental, la privatización del agua, deforestación, etc. Todas ellas son causas que empujan a las mujeres a buscar una vida mejor en otros países, conocidos como desarrollados, y donde finalmente suelen emplearse en los cuidados, en lo que algunas personas describen como “maternidad global”.

Para comprender causas y consecuencias de esas Cadenas de Cuidados, y su relación con los movimientos migratorios, recomendamos el Documental “Cuidado Resbala” de la Mirada Invertida

 

LA DEUDA DE LOS CUIDADOS

            La Deuda de cuidados se refiere a aquello que todas las personas necesitamos hacer o que nos hagan, para nuestro propio cuidado, y que sin embargo transferimos a otras personas, que a su vez deben cuidarse a sí mismas o transferirlo a otras mujeres.

El trabajo de cuidados ha estado relacionado históricamente con la migración de mujeres (del campo a la ciudad, de unos países a otros…). Este trabajo, que realizan las mujeres migrantes en los países del norte, tampoco computa como Deuda Externa con los países en vías de desarrollo, y sin embargo contribuyen directamente a la acumulación de riqueza en los “avanzados” países capitalistas, tal y como se refiere Silvia Federeci.

Existe una deuda de cuidado de los países ricos con los países más pobres, y una deuda de cuidado de los hombres con respecto a las mujeres.

Las mujeres migrantes, perciben los menores salarios y permanecer en la invisibilidad del trabajo informal, enfrentándose además a los mayores riesgos del proceso migratorio (explotación, violencia, abusos, trata, etc). El trabajo informal en el empleo doméstico y de cuidados en los países de acogida, impide una efectiva intervención legal para garantizar su seguridad y  una adecuado cumplimiento de sus derechos humanos (educación, sanidad, etc).

Además, esos recursos humanos, paradójicamente, proceden de los mismos países que las materias primas que los países ricos expolian a los países pobres, y con los que mantenemos también una Deuda Ecológica, tal y como reivindica Yayo Herrero.

 

¿A qué nos referimos cuando hablamos de “Cuidados”?

            Los cuidados son el conjunto de actividades que permiten que cada día se regeneren el bienestar físico y emocional de las personas y del planeta, tal y como nos lo define la conocida Economista Feminista Amaia Pérez Orozco.

Cuidados es gestar, parir, criar, acompañar, alimentar, acompañar a personas enfermas o dependientes, escuchar, consolar, acompañar en la muerte, conseguir agua, ahorrar energía, etc. Todas ellas, son actividades que se desarrollan normalmente desde los hogares, en el ámbito más personal, y en definitiva la base del iceberg sobre el que se sustenta nuestra sociedad.

El Iceberg de los Cuidados

             El sistema en el que vivimos, sin embargo, tiene una lógica muy distinta, al poner la vida, del planeta y las personas, al servicio de un proceso de generación de beneficios, el que conocemos como sistema capitalista.

Son la Mujeres las que históricamente se han ocupado de esta tarea, especialmente desde la “transición al capitalismo”, tal y como analiza la pensadora feminista Silvia Federici en su libro “Calibán y la Bruja”, quien reivindica ese trabajo, reproductivo y de cuidados, como la base sobre la que se sostiene el capitalismo.

Reproducción y cuidado de la vida, que estando totalmente infravalorados son, sin embargo, imprescindibles para el sostenimiento del modelo y el sistema actual, una imagen que desde la Economía Feminista, suele representarse con la imagen de un Iceberg.

 

Esta metáfora representa claramente que, para mantener la parte visible, privilegiada y valorada en el espacio público (actividad mercantil, empresarial, éxito profesional, etc), son necesarias multitud de actividades invisibles para el sistema, la parte más grande del iceberg, donde se garantiza la sostenibilidad de la vida, tanto la vida humana, como del medio en el que vivimos.

Esas actividades invisibles, están protagonizadas históricamente por mujeres, y pasan por el cuidado de menores, personas dependientes, enfermas, el cuidado emocional, la limpieza y cuidado de la persona y de los hogares, la alimentación, etc.

Todas y todos necesitamos que nos cuiden cuando somos menores, cuando estamos enfermas, etc; necesitamos alimentarnos diariamente, preferiblemente de manera saludable; necesitamos mantenernos limpias, tanto a nosotras mismas, nuestra ropa, nuestros hogares, etc.

Toda esta explicación, acerca de la importancia de los cuidados y de cómo se desarrollan, se visualiza muy bien en el Documental “Actúa con Cuidados”, de la organización INTERED.

 

ALTERNATIVAS QUE TRANSFORMAN

Y frente a esta realidad, para resistir y transformar, se van creando diversidad de iniciativas de vida en común y alternativa ante el sistema. Las mujeres en movimiento se reinventan y construyen en colectivo, en redes de solidaridad que traspasan fronteras.

 

Asociación Senda de Cuidados

Una apuesta compartida por hacer realidad la Cuidadanía, un juego de palabras entre Ciudadanía y Cuidados que trata de construir formas de vida a partir del cuidado colectivo.

www.sendadecuidados.org

 

Colectivo Territorio Doméstico

Colectivo feminista y mestizo de mujeres, muchas empleadas de hogar, otras no, que reivindican la visibilización y reorganización social de los cuidados

Página de Territorio Doméstico

 

Proyecto Observatorio de Derechos del Empleo del Hogar

Iniciativa que pretende sacar de la invisibilidad las numerosas situaciones de desprotección, abusos y vulneración de derechos que se dan en el sector y articular una herramienta que pueda ser útil en los procesos de empoderamiento de las trabajadoras en la lucha por condiciones de trabajo digno

www.derechosempleodehogar.org

*Artículo escrito por Blanca Jiménez Díaz

para la campaña “Desplazadas por el Mundo”

*Imagen cedida por “Afrancesado”

 

*La campaña #DESPLAZADASPORELMUNDO ha sido realizada por el Grupo de Movilidad Humana de CONGDEX y financiado por AEXCID.

  (Imagen realizada por JUNGLAJARA)

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