CONGO Y SUDÁN DEL SUR #DESPLAZADASPORELMUNDO

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El África Subsahariana es la mayor región con personas refugiadas y desplazadas. Ocho de los diez países con la mayor proporción de personas refugiadas se encuentra en esa parte del mundo. Las cifras de ACNUR para 2017 nos revelan que la República Democrática del Congo  batió records en número de personas desplazadas internos (2,2 millones) y Sudán del Sur en número de personas que se vieron forzadas a refugiarse en otros países (más de 1 millón).

 

REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO

“La Republica Democratico del Congo es un pais en conflicto desde su independencia. Tierra de guerras y de conflictos que ocasionaron el exodo rural y la pérdida de los valores africanos como la hospitalidad y la solidaridad”. Willy Milayi, sacerdote congoleño.

La República Democrática del Congo (RDC) experimenta una compleja situación humanitaria resultado de conflictos armados y tensiones entre comunidades que han incrementado el número de personas en necesidad de asistencia humanitaria, así como afectados por brotes de enfermedades.

Actualmente, el principal foco de conflicto se sitúa en la región sureste del país (Kivu y Tanganica). Con más de 150 grupos, la situación de inseguridad ha provocado el desplazamiento masivo de la población, siendo las principales víctimas del conflicto las mujeres y los niños (3/4 partes de la población refugiada o desplazada). Al sur del país, en Kasai, escenario de un conflicto que se alargó cerca de un año, si bien se declaró el cese del fuego, la asistencia humanitaria es acuciante.

El informe “Tendencias Globales. Desplazamiento Forzado en 2017” de ACNUR refleja que la población de desplazadas internas en la RDC se duplicó en 2017, alcanzando los 4,4 millones. Además, 620.800 personas congoleñas eran refugiadas en otros países y 537.100 personas de terceros países habían llegado pidiendo refugio a RDC. La situación congoleña es principalmente rural: el 97% de las personas refugiadas y el 70% de las desplazadas internas se encuentran en emplazamientos rurales.

Un testimonio desde la cotidianidad en RDC

Una infancia violentada

Según datos de Unicef, en 2017,  más de 800.000 niñas y niños en RDC están desplazados por la violencia convirtiéndola en una de las peores crisis de desplazamiento del mundo para la infancia (el 54% de las refugiadas).

Niñas/os en situación de calle. Willy Milayi Balambel un sacerdote congoleño afincado en España, fundador de la asociación OSPED (obras sociales por la protección de los niños desfavorecidos), con quien he podido estar en contacto, dice que “solamente en la ciudad de Kinshasa, el  efectivo de los niños huérfanos y en situación de la calle es de más 20.000 niños. El 85% de los niños huérfanos y abandonados no van a la escuela. La situación socio-económica de estos niños es muy precaria, crítica y lamentable. Hay una ausencia de una políticas adecuadas de la toma de conciencia y cuidado de los niños”.

Las informaciones y datos de los que nos habla el padre Milayi vienen de Reejer, una asociación de RDC que trabaja en Kinshasha para prevenir el fenómeno de las y los “niños de la calles”-comúnmente llamados los phaseurs –, la protección y la promoción de los derechos de la infancia y adolescencia. Rejeer cuenta con unos 100 centros en los que se alojan y reciben formación alrededor de 6.000 menores.

Muchas de esas niñas/os huérfanas y abandonadas en la calle están considerados “niños brujos”. Esta realidad aparece muy bien recogida en Maman Colonelle (2017), documental del congoleño Dieudo Hamadi, que narra la actividad de la jefa de la unidad de policía en la región de Kisangani. Maman ofrece una salida a niños y niñas acusados de brujería y a las madres solteras violadas durante la guerra.

Menores soldado. En RDC, el Servicio Jesuita a Refugiados (JRS, por sus siglas en inglés) trabaja para la mejora de las condiciones de vida de los niños afectados por los conflictos armados. Estas acciones consisten en la identificación y desmovilización de niños soldados, en el apoyo de la reunificación familiar, en el seguimiento y apoyo psicológico y en el fomento del acceso a la educación primaria y secundaria. Desde cuatro campos de personas refugiadas en Goma, trabajan con la principal población en riesgo de ser captada por los grupos armados: menores desplazados internos y/o refugiados.

Teo Corral, ex directora del JRS en Bambari (República Centroafricana)

SUDÁN DEL SUR

El país más joven del mundo lleva enfrentándose, desde su independencia de Sudán, a continuos conflictos y crisis humanitarias. Hace escasos días nos encontramos con la noticia de que los bandos en conflicto han accedido a firmar un nuevo acuerdo de paz y a formar un Gobierno de coalición que aglutine a los principales agentes políticos del país.

Esta contienda, que arrancó en diciembre de 2013, ha resultado en millones de personas forzosamente desplazadas y millones de afectadas por el hambre. Según datos de ACNUR, hasta julio de 2018, podemos hablar aproximadamente de 2,5 millones de personas refugiadas y 1,74 millones de desplazadas en el interior del país.

Aun esperando que este nuevo acuerdo de paz sea fructífero –al contrario de lo que ocurrió en 2015- el país se encuentra en una situación de crisis humanitaria, con hambrunas que asolan el país y un escaso acceso a recursos básicos de gran parte de la población.

El hambre

En Sudán del Sur, el hambre está causada por el ser humano y resultado del conflicto. A ello, se han ido uniendo las sequías y el miedo de los agricultores a salir a cultivar sus tierras, lo que ha resultado en una situación crítica de escasez de alimentos. El propio gobierno sur-sudanés declaró oficialmente, en febrero de 2017, que las hambrunas habían comenzado en partes del país.

Millones de personas pasan hambre y miles están en riesgo de morir de inanición. Según un informe de UNICEF de ese mismo año: “se prevé que el 47% de la población en Sudán del Sur se vea afectada por la escasez de alimentos y alrededor de  1,1 millones de niños/as sufran malnutrición severa”. Un estigma más para la población infantil en Sudán del Sur, que también se enfrenta al reclutamiento por grupos armados y, sobre todo las niñas, continua expuesta a la violencia sexual, el matrimonio forzoso y otros tipos de explotación.

Un desplazamiento forzoso sin precedentes

Según el informe “Tendencias Globales” de ACNUR,  la cifra de personas refugiadas en el África Subsahariana aumento en un 22% con respecto al año anterior, causado principalmente por  los conflictos y crisis humanitaria en Sudan del Sur, desde donde más de 1 millón de personas huyo principalmente a Sudan (475.500)  y Uganda (406.100). El mapa a continuación muestra las cifras referentes a los primeros 6 meses de 2018:

 

Un país vecino como es Uganda, paralelamente, se está viendo abocado a una crisis humanitaria por la llegada de personas refugiadas, sobre todo desde Sudán del Sur y República Democrática del Congo. Solo en 2017, Uganda recibió un total de 376.081 refugiadas y solicitantes de asilo.

Desde su Delegación en Extremadura, Entreculturas apoya especialmente el desarrollo de proyectos enfocados en la población refugiada y desplazada. En Sudán del Sur, este proyecto fomenta el acceso a la educación de jóvenes, niños y niñas, en Maban, y lo hace de la mando del JRS en Sudán del Sur. Desde 2013, el JRS trabaja en la región promoviendo la generación de capacidades y la formación de la población más vulnerable, intentando contribuir al bienestar de la población refugiada, desplazada interna y la comunidad de acogida proporcionando acceso a la educación y educación de calidad. En este contexto, la Educación es vista como medida para evitar el reclutamiento forzoso de menores y matrimonios adolescentes y, sobre todo, para preparar a las futuras generaciones para el diálogo y la negociación, en lugar de la violencia y las armas.

Entreculturas y el JRS-Sudán del Sur desarrollan 3 líneas de acción: acceso a educación infantil y básica de calidad para niños, niñas y jóvenes; equipamiento básico de la escuela y compra y distribución de material escolar; formación de docentes en estrategias de planificación, evaluación y gestión escolar.

 Una luz de esperanza

Alguien muy cercano me recomendó que, ante tanta negatividad y odio a los que nos vemos expuestos diariamente, hiciera el ejercicio de concluir el día con noticias positivas. Y como pienso, que las refugiadas no son ni números, ni pobrecitos, sino personas que persiguen un sueño y una vida digna, he querido terminar esta píldora informativa con relatos que encienden una luz de esperanza entre la oscuridad de las guerras y la tragedia humana.

Jomo y Rafa, jóvenes del JRS en Sudán del Sur:

 

Refugiados de Sudan del Sur en RDC crean un vivo y exitoso mercado

Refugiados ingeniosos y emprendedores de Sudán del Sur han montado un exitoso mercado en un lugar recóndito de la República Democrática del Congo.

Isaac Eli, 19 años, huyó de Sudán del Sur en agosto de 2017 y llegó a Meri (RDC) donde espera ganar dinero suficiente tocando con su banda, New System. Isaac se ha fabricado su propia guitarra. “Tocar música es nuestra única ocupación. Espero que un día ganemos dinero de ello” *(Traducción libre de noticia en web oficial de ACNUR)

 

Esta píldora informativa sobre la situación de la población de la República Democrática del Congo y Sudán del Sur, ha sido realizada  gracias a la especial colaboración de Judith Santano Merchán con el apoyo de Fundación Entreculturas y la Asociación Gentinosina Social

    

La imagen de la portada de esta píldora “Campo de refugiadxs en Maban (Sudán del Sur)”  ha sido cedida por Entreculturas.
*La campaña #DESPLAZADASPORELMUNDO ha sido realizada por el Grupo de Movilidad Humana de CONGDEX y financiado por AEXCID.

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Imagen realizada por Junglajara

 

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