SAHARA OCCIDENTAL-REFUGIADXS SAHARAUIS #DESPLAZADASPORELMUNDO

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El Sáhara Occidental se encuentra en el noroeste de África y limita en sus fronteras con Marruecos, Mauritania, y Argelia.

La situación política de Sáhara Occidental es de las más complejas del continente africano. Las fronteras que delimitan el territorio saharaui actual se definieron en los acuerdos entre España y Francia entre 1900 y 1914, donde se delimitaron las áreas de influencia de ambos países y, según el cual, a España le pertenecía el Sahara Occidental, pero debido a la resistencia saharaui, la ocupación efectiva española no se hizo hasta 1936, convirtiéndose así en la provincia 53 española. Al pertenecer España a la ONU, en 1963, el Comité Especial de Descolonización de Naciones Unidas incluía al Sahara Occidental como país al que se debería aplicar la declaración de independencia, siendo España la principal responsable como potencia administradora de este proceso. Es, tras estos acontecimientos, que  se lleva a cabo el Acuerdo Tripartito de Madrid, el 14 de noviembre de 1975. Se firma dicho acuerdo, en el que participaron España, Marruecos y Mauritania, y en el que España cedía la soberanía del Sáhara a dichos países. En plena guerra y con el paso del tiempo, Mauritania abandonó el conflicto, pero no Marruecos, que permanece desde entonces ocupando gran parte del territorio saharaui y considerándolo una provincia marroquí más. Ante esta situación, el Consejo de Seguridad de la ONU propuso un plan de paz y en 1991 se firmó un acuerdo de alto el fuego entre Marruecos y el Frente Polisario, tras 15 años de guerra. El pueblo saharaui lleva 43 años esperando y, desde 1991, pendientes de la celebración de un Referéndum, según el cual las y los saharauis decidirán entre la autodeterminación o prolongar su anexión a Marruecos.

Actualmente, el 80% del país se encuentra bajo ocupación por parte de Marruecos, mientras que el 20% restante es controlado por el Frente Polisario de la RASD (República Árabe Saharaui Democrática). La zona ocupada por el gobierno marroquí es la más rica en recursos naturales, por lo que Marruecos saquea y explota los minerales y las materias primas de la zona (pesca, fosfatos, arena…) con el consentimiento de la comunidad internacional, mientras que la zona controlada por el Frente Polisario de la RASD es principalmente desértica y con escasos recursos. De hecho el expolio de estos recursos es el origen y la principal causa de este conflicto.

Hay que mencionar que en las zonas ocupadas los y las saharauis reciben constantes abusos y ataques por parte de Marruecos, denunciando frecuentemente la violación sistemática de los derechos humanos que sufren. Se tienen constancia de violaciones constantes de la libertad de expresión y pensamiento, así como, libertad de reunión y asociación, torturas y juicios sin ningún tipo de garantías con jueces dependientes y parciales, detenciones arbitrarias, el derecho a la libre circulación y a la propiedad privada y colectiva, entre otros.

Los “territorios liberados” controlados por el Frente Polisario de la RASD, comprenden unos 90.000 km2 , limitando al norte con Argelia, al sureste con Mauritania, y al oeste con la frontera de más de 2.700 kilómetros construida por Marruecos en los años 80, más conocida por el “Muro de la Vergüenza” que año tras año sigue cobrándose victimas ya que el muro del lado saharaui fue minado por el gobierno marroquí, siendo actualmente uno de los 10 territorios con más minas antipersonas del mundo.

Y en Argelia, se encuentran el resto de la población que hoy se conoce como los campamentos de refugiados y refugiadas saharauis en Tindouf. En estos campamentos sobreviven miles de personas que han sido obligadas a abandonar su país forzosamente y condenadas al exilio, en un lugar donde las condiciones de vida son extremadamente duras y difíciles. La combinación de la escasez de agua y recursos, y las extremas temperaturas en estas zonas imposibilitan poder llevar una vida digna y normalizada. La mayoría de la alimentación llega a través de la acción humanitaria gracias a la cooperación internacional. El trabajo, normalmente precario, se centra en la artesanía y la ganadería, ya que el pueblo saharaui en su origen son nómadas que viajan con su ganado a través de los territorios liberados buscando espacios de buenos pastos. Viven su día a día en un lugar donde el sol te quema y el viento te arrastra y golpea en la cara, el tiempo de espera es eterno, y estar aislada/o y olvidada/o hace latente la necesidad, por un lado,  de acceder a tus derechos básicos y, por otro, de no ser invisible a los ojos del mundo. Aunque en esta zona se respira cierta “libertad” en comparación con los territorios ocupados, están condenadas a una vida en el desierto, sobreviviendo gracias a la ayuda internacional que resulta insuficiente y que no da respuesta al conflicto político del Sahara Occidental ni a las verdaderas necesidades de su pueblo.

Existe una situación de gran complejidad entre Sahara Occidental y Marruecos, ya que ha habido conflictos armados entre ambos países, disputas de tierras y problemas políticos durante 43 años, y corresponde tanto a España como a la comunidad Internacional buscar una solución que vele por el cumplimiento de los derechos humanos del pueblo saharaui y conforme a las resoluciones establecidas por la comunidad internacional en todo este tiempo. Tal y cómo ha hecho, en estos últimos días, la Asamblea de Extremadura, donde se ha aprobado una declaración institucional, en la que afirma que el Sahara Occidental es un territorio no autónomo que “nunca ha pertenecido al Reino de Marruecos”, por lo que se pide el “cese de la ocupación” y se reclama que reconozca el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui.

Por último, queremos hacer mención al papel fundamental que a lo largo de la historia ha tenido la mujer saharaui y que continúa. Su figura es fundamental, no sólo en la preservación de valores, tradiciones, historia y transmisión de saberes sino, también, en la resistencia en la lucha pacífica y digna que lidera en muchos ámbitos, defendiendo los derechos del pueblo saharaui, no solo desde los territorios donde viven, sino también en los escenarios internacionales, pues son portavoces y legítimas representantes del pueblo y del gobierno de la RASD.

Por todas estas razones y algunas más que se nos escapan, el movimiento solidario con la causa saharaui no quiere ni puede normalizar 43 años de exilio forzado que viven las refugiadas y refugiados saharauis en los campamentos de Tindouf en Argelia, fuera de su país, la precarización a la que se ven sometidas miles de familias que sobreviven en los territorios liberados del Sahara Occidental, por la falta de recursos, infraestructura y aislamiento, y separado por el “Muro de la Vergüenza”, frontera que construyó el gobierno marroquí y que a día de hoy continua siendo uno de los 10 territorios con más minas antipersonas del mundo cobrándose víctimas año tras año. Y necesitamos continuar denunciando la violación sistemática de los Derechos Humanos, expolio de los recursos naturales y permanente bloqueo que ejerce el gobierno marroquí en los Territorios Ocupados del Sahara Occidental. Por todo ello se hace cada día más urgente que la comunidad internacional y el gobierno español tomen las decisiones pertinentes para la resolución del conflicto por la vía pacífica.

Por último, señalar que desde FEDESAEX creemos que los derechos humanos no son una opción política que pueda suspenderse por intereses económicos o políticos, sino que están alienados a todas las personas independientemente de su condición. #NoTeOlvides del #SaharaOccidental #SaharaLibre #FreeSahara.

Esta píldora informativa sobre la situación de la población saharaui ha sido realizada gracias a la especial colaboración de Federación Sáhara Extremadura  

*La campaña #DESPLAZADASPORELMUNDO ha sido realizada por el Grupo de Movilidad Humana de CONGDEX y financiado por AEXCID.

 

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