ROPA VS EXPLOTACIÓN LABORAL

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La industria textil y de la moda es en la actualidad el sector que más industrias de manufacturas aglutina en el mundo y siendo para algunos países el sector que más empleos ofrece.

Existen zonas geográficas en el mundo con legislación flexible e incentivos  fiscales para las multinacionales del sector textil, con jornadas laborales extensas y abusivas, situaciones de riesgo laboral y de salubridad, y con salarios precarios.Es uno de los sectores más feminizado, siendo palpable la desigualdad de género, según la Campaña Ropa Limpia: “en la mayor parte de los sitios ganan menos que los hombres, incluso por el mismo trabajo de operario cualificado”

En el informe “Vidas en la cuerda floja” se destapan las duras condiciones laborales de las personas que producen calzado en la Europa periférica Albania, Bosnia-Herzegovina, Macedonia, Polonia, Rumanía y Eslovaquia, no siendo sus condiciones mejores que en los países asiáticos ni en las maquilas de América Latina y el Caribe, podemos decir que se violan sistemáticamente los derechos humanos de todas estas personas.

 

La zona geográfica por excelencia para cometer todos estos abusos ha sido Asia. En los últimos años la zona sur de África ha empezado a ser zona estratégica para las empresas debido al abaratamiento de los costes, la escasez de derechos y por los acuerdos de libre comercio, que muchos países africanos tienen firmados con países donde se encuentran las grandes empresas de la industria textil.

Queremos hacer una especial mención a las personas migrantes y refugiadas, y el abuso que sobre ellas ejercen empresas, aprovechándose de su situación de  “irregularidad”, trabajando en talleres clandestinos, sin contratos, muchas de ellas menores de edad y viviendo en condiciones infrahumanas, son las nuevas esclavas del S.XXI.

Un ejemplo de ello es la denuncia de que existen fábricas en Turquía donde refugiadas sirias son explotadas en fábricas de famosas marcas de ropa.

Pero la explotación de personas en este sector no sólo la encontramos en la industria manufacturera, sino también en la fase de obtención de la materia prima, el cultivo del algodón, que es uno de los sectores en los que la presencia de mano de obra infantil es mayor. En países como Uzbekistán o India,  los niños y niñas están obligados a dejar la escuela durante la temporada de recogida y siembra para realizar labores en el campo.

La tragedia en el Rana Plaza en Bangladesh en el año 2013, donde murieron 1.134 personas y quedaron heridas cerca de 2.500, supuso un momento de reflexión sobre las condiciones en las que trabajan millones de personas,  y conmovió a toda la ciudadanía poniendo encima de la mesa una problemática que atraviesa de este a oeste el planeta.

Gracias a las presiones de organizaciones sociales y sindicatos, se avanza lentamente en la mejora de esta terrible situación, pero todavía queda un largo camino para que los gobiernos modifiquen sus leyes laborales y las adecuen a los estándares internacionales.

Desde el Parlamento Europeo se han llevado a cabo iniciativas para  garantizar que la ropa que llevamos se fabrique sin violar los derechos humanos, os pasamos el enlace del programa Carne Cruda, que se desplazó hasta allí para entrevistar a diferentes eurodiputadas y realizar un programa especial “La ropa al desnudo, los abusos de las grandes marcas de moda”  (min:8:10)

 

 

Por otro lado, muchas de estas grandes empresas dueñas de famosas marcas de ropa, han ido incluyendo dentro de su responsabilidad social corporativa medidas para garantizar unas mínimas condiciones laborales a sus trabajadores/as.

Las empresas, que se deben a sus compradores/as saben que a la larga adoptar estas medidas les da beneficios, una “buena imagen social” es rentable y estratégico. A pesar de ello sigue siendo deficiente la  información sobre los salarios de sus personas empleadas y el resto de condiciones laborales. La transparencia sigue siendo una asignatura pendiente por parte de estas grandes empresas.

Os proponemos que os miréis las etiquetas de la ropa que lleváis puesta en estos momentos. ¿De dónde son?

Como personas consumidoras tenemos un gran poder de transformación, con lo que consumimos, dónde invertimos o depositamos nuestro dinero podemos sancionar de diferentes maneras a aquellas empresas que no respeten ciertos derechos universales. Un ejemplo de esta fuerza transformadora, es la campaña que se desarrolló en los años 90 contra las condiciones laborales de Nike, que con una gran implicación estudiantil, y un potente boicot a la marca, consiguió un cambio en la política empresarial, que reaccionó elaborando informes sobre las prácticas laborales de sus empresas subcontratadas y puso en marcha un programa de responsabilidad social corporativa. A día de hoy, tendremos que seguir investigando sobre la continuidad de su compromiso, y el de otras muchas marcas.

 

*Esta actividad ha sido realizada por el Grupo de Educación para el Desarrollo y el Grupo de Movilidad Humana de CONGDEX, y financiado por AEXCID.

Trabajando desde 1995 para que las sinergias tejidas por nuestras organizaciones, con el efecto multiplicador de sus diferencias y el valor positivo de lo que las une, sigan construyendo cimientos en nuestra región para un desarrollo global, sostenible, participado y equitativo.




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