Domingo de Mujeres a ritmo de noticias

148 Visitas

Sólo hace falta haber estado atenta en estos últimos meses a noticias publicadas en diferentes medios de comunicación, para darnos cuenta de que todavía a hombres y mujeres (JUNTOS Y JUNTAS) nos quedan grandes retos por delante para seguir trabajando en palabras como equidad, igualdad, cuidado y auto-cuidado…
Las mujeres no tenemos las mismas condiciones, ni participativas-políticas, ni laborales, ni sociales, ni económicas, ni nos dejan encontrar el botón de encendido para conciliar nuestras vidas….
En el ámbito masculino, por contra, no se reconoce el cuidado, ni como derecho ni como necesidad, ni hacia las demás personas ni hacia uno mismo.

Tal y como dice el último informe de la OCDE y escribía Concha Caballero en uno de sus últimos artículos, “Las Mujeres seguimos siendo una ASIGNATURA PENDIENTE”, a pesar de que haya nuevos datos en materia de igualdad de género son insuficientes todavía para alterar la realidad, el 60% del alumnado universitario titulado son mujeres, sin embargo, su tasa de paro es mucho mayor de la de sus congéneres masculinos, sus salarios alrededor de un 25% inferiores al de sus compañeros y su capacidad de subir en la estructura laboral un 75% inferior a ellos ¿En qué ley se apoya esta realidad si no es en la mentalidad más cerrada y antigua de la patronal y de la administración española?…..y todo esto sin dejar a un lado el trato machista de algunas ofertas laborales.

Otra de las noticias que más nos ha alarmado en España a lo largo de estos meses, ha sido ver cómo los últimos estudios realizados sobre la percepción social de la violencia de género en la adolescencia y la juventud nos muestran como uno de cada tres jóvenes considera que controlar los horarios de la pareja, supervisar sus compañías, impedir que vea a sus familias o amistades o incluso no permitirle que trabaje o estudie son actos de VIOLENCIA MACHISTA considerados como ‘inevitables’ o ‘aceptables”, entonces…¿Qué está pasando? ¿En qué nos estamos equivocando? ¿Qué mensajes y que educación están/estamos recibiendo?
Y resulta que cuando apareció la palabra Violencia, las mujeres llevábamos escritas ya muchas palabras, desde que el primer “escritor” del que hay noticias fuera una mujer, y de que todas aquellas mujeres que más de uno hubiera querido borrar de la historia nos hubieran deleitado con sus palabras.
Pero sin embargo es imposible obviar la palabra violencia cuando hablamos de mujeres.
La violencia hacia la mujer no sólo está dentro de casa, es palpable en la calle, está ahí, aunque a veces no queramos verlos o prefiramos quitarle importancia. Son los MICROMACHISMOS, el machismo cotidiano que encontramos en las calles, en los centros de trabajo, en los bares, en las tiendas que influye en nuestras vidas, gracias a iniciativas como la del diario.es, la cual acaba de cumplir su primer año, las mujeres pueden compartir sus experiencias de machismo cotidiano, las mujeres  pedimos RESPETO  !!


La situación se agrava si ponemos la mirada hacia otros lugares del mundo, donde millones de mujeres ven limitadas aún más sus posibilidades de acceder a la educación y a los empleos, sometidas a normas religiosas y sociales que transgreden sus derechos y están expuesta a una continua violencia física y sexual a la cual, según la ONU, han sido sometidas 35% de ellas alguna vez en su vida. Alrededor de 140 millones de mujeres y niñas sufren en la actualidad las consecuencias de la mutilación genital femenina, según la Organización Mundial de la Salud, pese a que es una violación de los derechos humanos y aunque no hay escritos religiosos que prescriban la práctica.
La violencia también la podemos encontrar en las cárceles de mujeres, no es la primera vez que vemos denuncias sobre presuntos abusos sexuales hacia mujeres presas, como también son presas miles mujeres en manos de mafias de tráfico de personas, atrapadas en redes poderosísimas que entroncan con los grupos mafiosos más peligrosos del mundo. Un negocio redondo en el que no cuesta nada fabricar la materia prima, esas dos millones de mujeres y niñas que, según la ONU, viven como esclavas sexuales.
Y para cerrar este paseo por noticias, nos sentaremos en una butaca de cine y veremos cómo películas como las “50 sombras de…” ,nos muestran una clásica dominación de quien ocupa un lugar privilegiado en la jerarquía social: varón, blanco, heterosexual, joven, con alto poder adquisitivo, y nos sentaremos en una grada de futbol a escuchar como insultan a una mujer, y como se indigna sus afición por el posible cierre de su grada creyéndolo discriminatorio y oportunista. Perdone, pero aquí lo que de verdad es discriminatorio es que le llamen P….a una mujer.
Hoy, ahora, si queremos, podemos cambiar esta realidad, lo podemos demandar, a través de normas, leyes, campañas, en el espacio público, en el privado, en conversaciones en casa, en la calle, en nuestras agendas y en nuestras vidas.
Poco a poco vamos avanzando, vamos transformando esa realidad a lo largo de todo el planeta, ocupando las mujeres más espacios en gobiernos como es el caso de Zambia, y aprendiendo otras formas de gobierno que favorezcan la equidad de género entre hombres y mujeres como la experiencia de compañeras zapatistas.
La igualdad de género no es sólo un asunto de las mujeres, sino un tema de derechos humanos que requiere mi participación. Me comprometo a emprender acciones contra todas las formas de violencia y discriminación que enfrentan mujeres y niñas.” (Emma Watson)

Trabajando desde 1995 para que las sinergias tejidas por nuestras organizaciones, con el efecto multiplicador de sus diferencias y el valor positivo de lo que las une, sigan construyendo cimientos en nuestra región para un desarrollo global, sostenible, participado y equitativo.




Financiado por: