DISCURSO DE LA PRESIDENTA DE LA COORDINADORA DE ONGD, MERCEDES RUIZ-GIMÉNEZ, ANTE EL CONGRESO CON MOTIVO DE LA APROBACIÓN DE LOS PGE-2014

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#PresupuestosBasura

 

Madrid, Diciembre de 2013. Denunciamos que los Presupuestos Generales del Estado para 2014 tiran nuestros derechos a la basura. Y los tiran porque se empeñan en seguir debilitando las políticas públicas sociales que garantizan derechos como la salud, la educación, la dependencia, la cooperación, la igualdad…
El gobierno insiste en decir que estos son los “Presupuestos de la Recuperación” y nosotras nos preguntamos ¿recuperación para quién?: para los casi 6 millones de personas que están sin trabajo, para el millón de personas inmigrantes a quienes se les ha quitado la tarjeta sanitaria sin que puedan acceder a su derecho a la salud, para las familias desahuciadas, para las miles de personas que en otros países dejan de recibir el apoyo de la cooperación al desarrollo, para los y las estudiantes que no pueden acceder a la universidad por el incremento abusivo de las tasas o para los más de 2 millones de personas que han abandonado nuestro país en los últimos cuatro años. ¿Para quién es esa recuperación?
El propio Consejo de Europa ha dado la voz de alerta: los recortes en las políticas sociales son una violación de derechos humanos. Parece que esto queda muy claro, salvo para el gobierno que, a pesar de prever un crecimiento del 0,7% continúa debilitando progresivamente los derechos de la ciudadanía.
El gobierno muestra en sus discursos un aparente compromiso con los derechos humanos. Un compromiso que sirve de poco si no viene acompañado de los hechos correspondientes. Las palabras se las lleva el viento.
Así hizo Rajoy ante la ONU: reiteró su compromiso con la cooperación al desarrollo como su mayor defensor, mientras estos Presupuestos certifican el remate de una política prácticamente desmantelada. Retrocedemos a niveles de los años 90, tirando a la basura años de trabajo, de defensa de los derechos humanos universales, de construcción colectiva y de apuesta por actuar como actores responsables en un mundo interconectado.

 

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¿Quién, por tanto, disfruta de ese supuesto crecimiento? No son precisamente las personas, no, sino las grandes empresas, los bancos y las grandes fortunas que siguen engrosando cuentas bancarias en paraísos fiscales y eludiendo el pago de impuestos.
Dicen que no hay dinero, que hay que cumplir con el déficit y que, por tanto, no hay muchas opciones. Discrepamos. Dinero hay, lo que no hay es voluntad política de recaudarlo. Es urgente que se establezcan sistemas fiscales más justos y progresivos que garanticen que empresas y grandes fortunas contribuyen de manera justa. Es urgente que se persiga la evasión fiscal de manera firme, que se establezca una tasa a las transacciones financiera. ¿De verdad no hay dinero?
Los Presupuestos Generales del Estado para 2014 tiran nuestros derechos a la basura, acaban con las políticas sociales y abocan a millones de personas a situaciones de pobreza, desigualdad e inseguridad humana.
Lamentablemente España ocupa uno de los primeros puestos en desigualdad en toda Europa; es uno de los países que más ha recortado en cooperación, ni siquiera Irlanda, que fue rescatada, ha realizado un recorte de tal magnitud.

Qué lamentable ser campeones en generación de pobreza.
Seguir degradando las políticas sociales atenta contra los derechos humanos, mina la confianza ciudadana en un gobierno que elude sus responsabilidades y debilita el pretendido rol de actor global responsable del que alardea el gobierno.
Como organizaciones de la sociedad civil exigimos políticas públicas que garanticen los derechos de las personas y fomenten la solidaridad de los pueblos, la justicia internacional y la defensa de los derechos humanos. Sólo así es posible garantizar el presente y el futuro.

 

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