#DESPLAZADASPORELMUNDO: FRONTERA SUR, MARRUECOS (PARTE I)

369 Visitas

Persona migrante: Aquella persona que se desplaza, o se ha desplazado, a través de una frontera internacional o dentro de un país, fuera de su lugar habitual de residencia, independientemente de su situación jurídica, el carácter voluntario o involuntario de su desplazamiento, las causas del desplazamiento o la duración de su estancia.

Organización Internacional para las Migraciones, OIM

Marruecos

Una persona es migrante desde el momento que estando en su hogar decide que partirá en busca de un sueño.  ¿Por qué no marchar a otro lugar donde mejorar las condiciones de vida? El país de Marruecos, un país africano, es un punto geoestratégico, por encontrarse a escasos 14 km  de Europa, y se ha convertido en un lugar de tránsito y destino para personas subsaharianas que tratan de llegar a los países europeos. Esta parte del mundo es un tanto especial por albergar históricamente las ciudades autónomas españolas de Ceuta y Melilla, dos ciudades rodeadas por numerosas vallas que impiden el cruce de fronteras por cualquier lugar que no sean los puestos fronterizos, así como su cercanía con las Islas Chafarinas. Las personas subsaharianas llegan a Marruecos con el fin de tratar de saltar estas vallas o embarcarse en una patera y tratar de llegar a costas españolas.

Marruecos se ha adaptado a esta situación como país de transición gracias al apoyo económico de España y de la Unión Europea. Así lo han hecho también las redes de trata de personas y el gobierno/monarquía feudal marroquí mediante sus activos: la policía, el ejército, las fuerzas auxiliares y la Marina Real.

Norte de Marruecos y personas migrantes

Este pasado verano de 2018 Marruecos y las vallas de Ceuta han vuelto a ser protagonistas al sucederse el salto a la valla de la ciudad autónoma el pasado 26 de julio. Ha sido el claro detonante para incrementar la persecución de personas migrantes, especialmente, en las ciudades de Tánger, Tetuán y Nador, por ser las ciudades marroquís más cercanas al único territorio español en África. Se ha producido un aumento de la persecución por motivos raciales y económicos por parte de la policía, ejército, la Marina Real y servicios auxiliares del país vecino.

El procedimiento a seguir ha consistido en redadas, detenciones y expulsiones de personas migrantes, en ocasiones con su documentación legalizada, por lo tanto, totalmente racistas y xenófobas al tratarse de personas subsaharianas desde las ciudades del norte hasta la población Tiznit, al sur de Marruecos.

El modus operandi: en las tres ciudades las fuerzas de seguridad han abatido los montes cercanos, principalmente en Tánger y Nador, aunque esta última contaba anteriormente con la peculiaridad de que en sus calles no era habitual encontrar a personas subsaharianas ya que eran inmediatamente detenidas (si se encontraban en situación irregular). En las calles se han realizado batidas en los barrios habituales de migrantes, los mismos barrios donde la población local se lucra con los pisos patera.

Región Occidental

El salto a la valla de Ceuta el pasado 26 de julio propició que la Unión Europea aceptase aumentar los fondos al país magrebí en  millones de euros en concepto de cooperación y desarrollo, enmascarando la externalización de las fronteras europeas.

Algunos testimonios de personas migrantes residentes en los bosques cercanos a la ciudad de Tánger aseguran que “esta madrugada han venido los militares marroquíes y han atrapado a algunos compañeros. Si no les das dinero o el teléfono móvil te detienen y te deportan al sur”.

Estos montes han vuelto a ser “hogar” de personas de origen subsahariano que tratan de esconderse de las autoridades marroquís, como viene ocurriendo desde 2015, donde también se dieron desalojos, detenciones y hostigamiento en los pisos donde residían. El país vecino ha repetido la operación año tras año, justificando sus acciones como el medio para acabar con el crimen organizado y las redadas de trata de seres humanos y de inmigración irregular.

Y no es de extrañar que aquellas y aquellos que logran saltar la valla sean devueltas al país vecino en lo que son las llamadas devoluciones en caliente, un procedimiento ilegal pero habitual en ambas ciudades españolas. Así ocurrió el pasado 23 de agosto de 2018 cuando fueron devueltas las 116 personas que saltaron la valla de Ceuta el día anterior, en virtud del acuerdo firmado con el reino alauita en 1992, que supuestamente autoriza a la devolución automática de población marroquí a su país.

Región Oriental

Un profesional del ámbito social que trabaja con personas refugiadas en Nadorrelataque, en una ocasión, instó a un matemático de Guinea Conakri a desistir en su camino, desistir en tratar de saltar la valla de Melilla. La respuesta del matemático migrante fue que nada le gustaría más que estar en su casa con su familia pero que tenía por objetivo llegar a Europa porque “vamos siguiendo nuestras riquezas”, comenta.

El negocio de las fronteras

Beni Enzar es el puesto fronterizo por donde pasan coches y viandantes diariamente entre Melilla y Marruecos. A este puesto fronterizo llegan personas que si se niegan a pagar dinero a los traficantes son denunciadas a la policía, a manos de la cual sufren tratos inhumanos en las comisarías fronterizas. Esta institución marroquí prohíbe que aquellas personas que ya tienen un status de refugiada practiquen su derecho a presentar la solicitud de asilo en la oficina de Melilla. Los traficantes que actúan son conocidos, se presentan cada mañana en el puesto fronterizo y llevan a cabo estas actividades libremente ante los ojos de la policía.

Otra de las acciones de este modus operandi se basó en realizar una especie de comunicado por parte de la policía donde se instaba a los transportistas marroquís a no permitir a las personas subsaharianas utilizar los transportes públicos, evitando así su llegada al norte del país y, como consecuencia, su llegada a las ciudades españolas en el continente africano.

Solo hay fronteras para las personas de raza negra

 

Anterior a la situación de encontrarse en Marruecos como persona ilegal que trata de llegar a España, bien en una patera o intentando saltar las vallas, antes de llegar a ese momento, seguramente hayan sido miles de kilómetros los caminados, detenciones, vuelta a comenzar, violencia, robos, captación por grupos organizados de trata, mendicidad, mal vivir, estar bajo una amenaza constante,  tanto por parte de las autoridades como de los traficantes de seres humanos: ese podría ser el recorrido de un hombre; el de una mujer podemos imaginarlo bastante más duro, con el doble de violencia, porque se le añaden las tristes condiciones en este mundo de ser mujer, negra, pobre y migrante.

 

 

Pudimos ver en el periódico Ara.Catel del pasado 27 de septiembre en la publicación llamada “España paga a Marruecos para que nos maltrate” el siguiente párrafo: “El estrecho de Gibraltar se ha convertido en la principal puerta de entrada a Europa desde que la ruta entre Libia e Italia se ha complicado por la financiación europea de las milicias que actúan como guardacostas del gobierno de Trípoli y por la cruzada del vicepresidente italiano MatteoSalvini, que ha echado a las ONG de rescate del Mediterráneo Central. El flujo se ha desplazado hacia el oeste, a las rutas tradicionales del estrecho y el mar de Alborán, y esto ha puesto en el centro Marruecos, que, como ha hecho siempre, utiliza la inmigración para presionar a España, y ahora también a la UE”.

En este punto queremos recordar la Convención de Ginebra de 1951 sobre el Estatuto de las personas refugiadas que, junto al Protocolo de Nueva York de 1967,  rigen el texto fundamental del derecho de asilo, un derecho constantemente negado porque ni siquiera se ofrece la oportunidad de ser solicitado, a pesar de ser un instrumento adoptado por las Naciones Unidas para paliar las consecuencias de las guerras mundiales y con un supuesto alcance universal, donde uno de las aportaciones más importantes es la del principio de no devolución. La Convención prohíbe a los Estados firmantes la discriminación por motivos de raza, religión o país de origen en la aplicación de sus disposiciones. También prohíbe aplicar sus disposiciones para proteger a las personas sobre las que existan motivos fundados de comisión de un delito de guerra, contra la paz o contra la humanidad, un delito común grave o actos contrarios a las Naciones Unidas. (Derecho de Asilo, Convención de Ginebra).

Norte de marruecos, las y los marroquís

Cuando hablamos de migrantes, también hablamos de migrantes marroquís. En el año 2016 dieron comienzo protestas en la ciudad rifeña de Alhucemas, donde la población reclamaba mejoras en educación y sanidad. Se saldó en 2017 con detenciones traducidas en cárcel. Ahora, en 2018, el Gobierno marroquí anuncia su deseo de reinstaurar el  servicio militar obligatorio, y surgen rumores en cuanto a si se trata de una estrategia para tratar de acallar la voz rifeña y del resto de personas marroquís,  actuando así como control de la población que no se siente identificada con el resto de sus compatriotas.

Según testimonios de personas locales trabajadoras del ámbito de las organizaciones no gubernamentales, durante las Primaveras Árabes de 2011, el rey Mohamed VI tomó la decisión de otorgar aquello que la población pedía, aunque esa teoría nunca se tradujo a la práctica. Son muchas/os, cada vez más, las migrantes marroquís que llegan a las costas españolas en patera, junto con personas subsaharianas. Muchas de ellas para evitar encarcelamientos por reclamar unos derechos considerados universales.

Una situación cotidiana en Marruecos, a pesar de la reforma del Nuevo Código de la Familia, la Mudawana, en 2004, es considerar que las mujeres que tienen a sus hijos fuera del matrimonio no están reconocides en ningún tipo de estamento, por lo tanto, una vez que crecen y al no estar registrades, son invisibles para el estado, no existen, viéndose abocadas a la marginación de la sociedad y la pobreza, empujando nuevamente a las personas a migrar. 100%MAMANS es una ONG de Tánger dedicada a defender y promover la dignidad, la ciudadanía y el pleno ejercicio de los derechos humanos de las madres solteras y los de sus hijas e hijos.

Conclusión

¿Cómo enfrentar el auge de la extrema derecha en Europa a la vez que se atajan los flujos migratorios? Para encontrar una solución válida habría que tratar de cambiar los criterios comerciales, las relaciones internacionales, las leyes del trabajo, el orden económico mundial, y que el feminismo atravesara los exponentes anteriores. La solución no es poner parches a un problema tan grande como este: es necesario comenzar desde una base. No es imposible pero sÍ requiere de voluntad política, de voluntad social y de empatía, mucha empatía que nos haga comprender, abrir los ojos y luchar por un verdadero cambio.

Esta píldora ha sido realizada gracias a la colaboración de Irene Calle Iglesias
*La campaña #DESPLAZADASPORELMUNDO ha sido realizada por el Grupo de Movilidad Humana de CONGDEX y financiado por AEXCID. Imagen cedida por Junglajara

Trabajando desde 1995 para que las sinergias tejidas por nuestras organizaciones, con el efecto multiplicador de sus diferencias y el valor positivo de lo que las une, sigan construyendo cimientos en nuestra región para un desarrollo global, sostenible, participado y equitativo.




Financiado por: