8 de Septiembre. Día del Cooperante // Día de Extremadura. Derechos Humanos, Solidaridad y Memoria Histórica

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Una persona expatriada se define como aquella que vive fuera de su patria. Parece interesante analizar la figura de quien vive fuera de su patria aprovechando la conmemoración del día del cooperante el 8 de septiembre. La labor del cooperante, persona expatriada que trabaja en contextos de considerable pobreza, sigue siendo necesaria principalmente para la tarea de trabajar en zonas olvidadas a las que de lo contrario no llegaría ninguna ayuda, además de conocer gracias a este trabajo qué es lo que está sucediendo en algunas zonas del mundo. Un cooperante ha elegido libremente dedicarse a ese trabajo y a vivir fuera de su lugar de origen, pero esa posibilidad de elección no está en la mayoría de las personas expatriadas del mundo. La mayoría de las personas en el mundo que viven fuera de su lugar de origen se han visto obligadas a hacerlo por guerras, hambre, falta de libertad política, falta de oportunidades laborales…en muchos casos por todas esas causas a la vez. Según ACNUR, en su informe de junio de 2015, durante 2014 cada día 30000 personas abandonaron sus hogares buscando refugio, cifras que recuerdan a las de los huidos y refugiados durante las guerras mundiales.

Centrándonos en la situación actual del pueblo sirio y aprovechando su impacto mediático, se puede desenmascarar la hipocresía de los gobiernos europeos y la manipulación e instrumentalización a su antojo de tres conceptos fundamentales que, limpiándolos de intereses políticos, ponen en evidencia los inaceptables argumentos de la clase dirigente europea en la crisis siria (y en tantas otras). Estos tres conceptos son el de Derechos Humanos, el de Solidaridad y el de Memoria Histórica.

Los Derechos Humanos aparecen continuamente en comentarios y declaraciones de dirigentes políticos, pero insertos en un discurso vacío, oportunista y que se desvanece ante la realidad. Esa realidad es que hay Derechos Humanos en esa lista que están siendo ignorados una vez más en lo referente a la población refugiada: Ni el Derecho Humano 6 Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su personalidad jurídica, ni el Derecho Humano 13.1Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de cada Estado y 13.2 Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país, ni en absoluto el Derecho Humano 14 Toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar de él, en cualquier país, en caso de persecución, están siendo aplicados en pro de la dignidad y bienestar de las personas refugiadas. La frecuencia con que la mención a los Derechos Humanos aparece en los discursos políticos parece inversamente proporcional al esfuerzo real por el cumplimiento de esos Derechos Humanos.

Respecto al concepto de Solidaridad, avergüenza el hecho de apelar en los discursos a una solidaridad que, con los datos en la mano, dista mucho de ser una realidad. El ejemplo más claro es el de las reiteradas reuniones y encuentros entre los “líderes” de la UE para ponerse de acuerdo en cómo repartirse a la población refugiada que llega a Europa. Se puede contrastar esto con lo que sucedió hace escasamente 16 años en los Balcanes. En 1999 La población civil de localidades albanesas comoKukes (este un pequeño núcleo de unos 15000 habitantes) y también otras poblaciones rurales de Macedonia no se pararon a decidir si debían acoger o no a los refugiados de la región de Kosovo y simplemente lo hicieron. Siendo Macedonia y Albania dos de los paísesde Europa con Índice de Desarrollo Humano más bajo, miles de familias albanesas y macedonias acogieron y prestaron auxilio a la población que huía de la guerra en Kosovo http://www.fao.org/noticias/1999/990502-s.htm. Más de cien mil personas refugiadas fueron acogidas en Albania y otras tantas en Macedonia por parte de población que ya de por sí vivía en condiciones muy precarias. Si se compara esto con el hecho de que los gobiernos de la UE discuten ahora mismo el reparto de unos 120000 refugiados entre países que cuentan con varios millones de habitantes y con el nivel de desarrollo humano más alto del planeta sin ponerse de acuerdo y con palabras como las del ministro español de Asuntos Exteriores y ¿Cooperación?, acerca de acoger a los refugiados según la población y la tasa de paro de cada país, la verdad es que la “solidaridad”de nuestros gobiernos parece reducida a la de una casilla más en el tablero de la geopolítica, con la que se juega según reglas e intereses que nada tienen que ver con el de los derechos y dignidad de las personas, algo que sí tuvieron en cuenta albaneses y macedonios para atender a los kosovares en 1999.

Acudir a ejemplos del pasado como el anterior, ayuda a entender que la Memoria Histórica puede ser un buen argumento para actuar en el presente a la hora de actuar en crisis humanitarias. A este respecto se puede apelar a que es de justicia histórica que Europa ahora actúe protegiendo y auxiliando a población de otros continentes, cuyos problemas subyacen todavía en un pasado totalmente condicionado por invasiones y proyectos coloniales europeos. Además, en el caso del pasado español, acuden a la memoria ahora las imágenes de la población exiliada española durante la guerra civil, siendo importante recordar que en aquel momento muchos países europeos no trataron con demasiado honor a los refugiados españoles, pero recordando también a México, que bajo el gobierno de Lázaro Cárdenas hizo mucho más por los refugiados españoles que algunas democracias europeas. Por último, recordando que hoy también se celebra el Día de Extremadura, debería brotar un sentimiento de empatía hacia la población refugiada desde una región que siempre ha contado con una emigración forzosa y que sabe de las dificultades de comenzar una nueva vida en otro lugar.

Parece que, una vez más, será la ciudadanía la que deba responder de manera más solidaria que la de sus gobernantes, algo que se agradece y mucho, pero habrá que reflexionar acerca de por qué solo se reacciona en situaciones extremas sin analizar nunca, ni exigir responsabilidades sobre qué es lo que provoca la crisis de los refugiados y otras crisis humanitarias.

Enrique González Calderón, Ciudadano
Colaborador de la Coordinadora Extremeña de ONGD

 

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